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Neema* ha perdido a su hijo de 4 años, y su familia le echa la culpa. Por ser cristiana.
La suegra de esta cristiana africana la acusa de «haber llevado al niño donde estaba la bomba». En enero del año pasado, extremistas de las Fuerzas Democráticas Aliadas atentaron contra una iglesia en la provincia de Kivu, en la República Democrática del Congo (RDC).
Se trata del país número 41 más peligroso del mundo para los cristianos según la Lista Mundial de la Persecución.
Gracias al apoyo de su comunidad local y de hermanos de la Iglesia mundial como tú, Neema y su hijo Danny de 8 años están aprendiendo a superar el trauma, fortalecer su confianza en Dios y vislumbrar un futuro esperanzador.
«Sí, fuimos heridos, pero seguimos adelante. No puedo abandonar a mi Dios. Él ve todo lo que estamos atravesando»
Neema, mujer cristiana de Congo
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*Nombre cambiado por motivos de seguridad.
