Thongkham Philavanh, de 42 años, esposo y padre de dos adolescentes, era un pastor cristiano de etnia khmu y líder de una iglesia evangélica en una provincia del noroeste de Laos que compartía y vivía el Evangelio con valentía. Sobre las ocho de la tarde del martes 23 de julio, él y su esposa Sengdala llegaron a su casa tras una visita de iglesia. El pastor fue a ver cómo estaban las gallinas y el resto del ganado del patio, mientras su mujer y algunos jóvenes que se alojaban en su casa preparaban la cena.
Poco después, dos hombres tapados con máscaras en el rostro se bajaron de una motocicleta delante de su casa y preguntaron por el pastor a unos niños que estaban junto a la entrada. Cuando el pastor oyó la conversación, se acercó inmediatamente y saludó a sus supuestos visitantes, que resultaron ser sus asesinos. Mientras el pastor Thongkham les tendía la mano para estrechársela, uno de los asaltantes le agarró por el brazo izquierdo y el otro cogió la pistola que llevaba en el bolsillo.
Alarmada por el estruendo, Sengdala se acercó inmediatamente, tan solo para acabar presenciando el despiadado asesinato de su marido, que recibió seis disparos en distintas partes del cuerpo. Cubierta de sangre, llevó rápidamente al pastor al hospital, pero fue declarado muerto nada más llegar.
«Se guardó para sí la mayor parte de las cargas porque quería protegernos. Se sacrificó para proteger a su familia»
Sengdala, pastora cristiana de Laos y mujer del pastor asesinado
El pastor Thongkham había tomado el relevo a su suegro Dok*, encarcelado durante 13 años por su fe, al frente de su iglesia en la provincia. Él y su esposa también han ayudado a fundar iglesias en casa en la zona. La pareja también es conocida por su amor con los jóvenes, muchos de los cuales les llaman papá y mamá, ya que suelen reunirles en la iglesia o en su casa para discipularlos o estudiar la Biblia.
Thongkham y Sengdala ya habían recibido varias advertencias de las autoridades para que abandonen sus actividades cristianas. La policía les ha citado varias veces en la oficina del jefe de la aldea y les ha pedido que firmen un documento renunciando a su fe. Pero el jefe detuvo a la policía y los defendió, diciendo que la pareja era un modelo a seguir en la comunidad.
Aunque el caso sigue bajo investigación, Sengdala y la familia del pastor creen que el motivo del asesinato apunta a su creencia en Jesús y a los ministerios que él y su familia realizan en la zona. Uno de los pastores que estaba en el velatorio dijo: «Esto ha sido como una advertencia. Matan al líder para asustar a los miembros».
Hacía un año que el pastor Thongkham le decía a su mujer que estuviera preparada porque sabía que su vida corría peligro y que pronto podrían llevárselo. Sengdala, entre sollozos, dijo: «No quiso revelarnos todo lo que estaba ocurriendo. Se guardó para sí la mayor parte de las cargas porque quería protegernos. Se sacrificó para proteger a su familia».
Pálida y angustiada, añadió: «Tengo que ser fuerte por mi familia, pero no ahora, todavía no puedo. Así que os agradezco que hayáis venido con nosotros».
El equipo local de colaboradores de Puertas Abiertas acudió al funeral del pastor para dar apoyo y ánimo a su familia tras este horrible ataque que dejó a la comunidad cristiana de Laos conmocionada y atemorizada.
El pastor Thongkham fue enterrado en el cementerio de la aldea el viernes 26 de julio en un acto al que asistieron cientos de personas de todo Laos que habían sido afectadas personalmente o de otro modo por su vida y su obediencia a Dios.
*Nombre cambiado por motivos de seguridad.
Señor, qué terrible es pensar en el asesinato de Thongkham y el trauma de su mujer al vivirlo en primera persona. Te pido que estés con ella, con sus hijos y con todas las personas afectadas por este asesinato, para que se apoyen entre ellos y en su fe en ti. Contrarresta su miedo con esperanza y sigue demostrándoles cómo pueden ser sal y luz en su comunidad. Te pido también por justicia en el caso y por un cambio de corazón en las personas que lo hicieron. En general, bendice a la comunidad cristiana del país y gracias por hacerla crecer aun en medio de tanta dificultad. En el nombre de Jesús, amén.