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En un ataque del 7 de septiembre contra la misión católica de Chipene, en la provincia de Nampula, hombres armados, presuntamente miembros del grupo militante ASWJ, afiliado al Estado Islámico, mataron a Maria De Coppi, monja italiana de 84 años que prestaba servicio en Mozambique desde 1963. Maria fue alcanzada por una bala en la cabeza cuando intentaba llegar al dormitorio donde se encontraban los pocos alumnos que quedaban de la escuela de misión. Los atacantes destruyeron las estructuras de la misión, incluida la iglesia, el hospital y la escuela primaria y secundaria.
El Estado Islámico reivindicó la autoría del ataque, afirmando en un comunicado que sus militantes «mataron a cuatro cristianos, entre ellos una monja italiana» en el norte de Mozambique.
«La inseguridad ha causado un trastorno masivo en la vida privada y eclesial de los cristianos de esta región».
Jo Newhouse
Chipene se encuentra cerca del río Lúrio, que forma la frontera entre Cabo Delgado y Nampula. Hasta hace poco, los ataques se producían sobre todo en la provincia de Cabo Delgado. Los analistas afirman que este incidente se ajusta a un patrón reciente que ha visto a militantes vinculados al grupo realizar incursiones más al sur desde el lanzamiento de una misión militar regional en Cabo Delgado, en un probable intento de estirar las fuerzas de seguridad. «Ahora tienen que operar en un territorio mucho más amplio y creo que en eso consiste el juego», afirmó Eric Morier-Genoud, experto en historia africana de la Universidad Queen's de Belfast.
Jo Newhouse*, portavoz de Puertas Abiertas, comentó: «La inseguridad ha causado un trastorno masivo en la vida privada y eclesial de los cristianos de esta región. Los desplazados no sólo están luchando para llegar a fin de mes diariamente, sino que lo hacen al mismo tiempo que luchan por asimilar la brutal violencia que han tenido que presenciar. Nuestros hermanos y hermanas afectados por estas desgarradoras realidades necesitan una oración ferviente para mantenerse firmes en la fe».
«La violencia está poniendo bajo una inmensa presión la cohesión social entre personas de diferentes religiones por la que Mozambique ha sido conocido. Para evitar que se arraigue un ciclo de desconfianza, como suele ocurrir en situaciones como esta, la comunidad internacional no debe renunciar a apoyar al gobierno en sus esfuerzos por hacer frente a las circunstancias y que crean la oportunidad para esta insurgencia, y a sus causas profundas. Esto requerirá un enfoque integral que vaya más allá de una mera solución militar».
Señor, te doy gracias por el ejemplo de creyentes como Maria, que te sirven en los lugares más peligrosos del mundo. Oro para que otros tomen su legado y te sirvan sin importar el precio. Te ruego que fortalezcas a tu iglesia en Mozambique, y que proveas y cubras sus necesidades. Amén.
