Alertas de Oración 27 julio 2022

Cristianos de México reciben buenas noticias

Mauricio, un cristiano evangélico converso, llegó a un acuerdo con las autoridades locales para poner fin a un conflicto en relación con la práctica de su fe.

 

 

Un cristiano evangélico converso y su familia, residentes en el estado de Chiapas, en el sur de México, llegaron a un acuerdo con las autoridades locales para poner fin a un conflicto que comenzó a principios de este año en relación con la práctica de su fe religiosa.

El acuerdo puso fin a casi seis meses de mediación por parte de Puertas Abiertas y a la incertidumbre que Mauricio Vásquez* y su familia sentían ante la posible expulsión de su pueblo natal en el municipio de Ocosingo.

El pasado mes de mayo, representantes locales del estado de Chiapas acudieron a una reunión de conciliación convocada para intentar llegar a un acuerdo con Mauricio. Presentaron un documento firmado por 160 habitantes de la comunidad en el que se afirmaba de forma unánime que el catolicismo es la única creencia religiosa que se podrá profesar.

El documento también advertía que se prohibía la construcción de templos y las visitas de los líderes de la iglesia cristiana. «Cualquiera que sea declarado culpable de violar estas normas será acusado de intentar causar división en la comunidad», explicaba el documento.

El resultado de cinco horas de discusión entre las autoridades locales y el abogado que actúa en nombre de la familia de Mauricio no es un acuerdo justo.

Según el acuerdo, podrá profesar su fe «libremente», pero fuera de su ciudad natal; no podrá recibir visitas pastorales ni construir un templo. Además, tendrá que cumplir con sus obligaciones durante las fiestas tradicionales católicas y «vivir en armonía con todos los vecinos».

«Este caso es relevante para Puertas Abiertas porque vimos cómo Mauricio y su familia se mantuvieron firmes en esta difícil situación».

Pastor Humberto

A cambio de la firma del acuerdo, los jefes comunales se comprometieron a reinstalar los servicios esenciales a la casa de la familia de Mauricio, como el agua y la electricidad, que ordenaron cortar durante varios meses.

Los antecedentes

Mauricio fue detenido el pasado mes de enero y llevado a la cárcel junto a su mujer como castigo por convertirse al protestantismo y profesar una fe diferente a la tradicional católica.

Unos días antes de su encarcelamiento, Mauricio había recibido una notificación formal de las autoridades comunales en la que se decía que estaba prohibido compartir el Evangelio cristiano. También amenazaron a toda la familia con la expulsión de su pueblo si no renunciaban a su fe cristiana y volvían al catolicismo.

Los cristianos conversos en las zonas rurales de México, como el caso de Mauricio, no pasan desapercibidos, por mucho que intenten pasar desapercibidos. Las autoridades municipales vigilan y controlan los movimientos de los residentes dentro y fuera de las comunidades.

El acceso a la comunidad indígena donde Mauricio vive con su familia es bastante difícil. Se tarda unas cuatro horas en coche por carreteras sin asfaltar para llegar desde el pueblo más cercano. Un simple viaje para comprar alimentos puede implicar cruzar varios puestos de control y ser interrogado por agentes de policía.

Poco después de convertirse al cristianismo, Mauricio empezó a viajar fuera de su pueblo para asistir a sesiones de estudio bíblico en un lugar cercano con otros dieciséis compañeros cristianos. En poco tiempo, los agentes que circulaban por la carretera se percataron de los movimientos del grupo cada domingo, hasta que un día los detuvieron e interrogaron a Mauricio sobre la actividad del grupo. 

Los frecuentes viajes para estudiar la Biblia y el bautismo que confirmó su compromiso con la fe cristiana el pasado mes de enero desencadenaron una oleada de amenazas y acoso contra ellos.

Como colaborador local de Puertas Abiertas, el pastor Humberto les enseñó las lecciones de resiliencia necesarias para ayudarles a mantenerse fuertes en su fe y aprender a responder adecuadamente a la intolerancia y la discriminación de otros habitantes de su comunidad.

«Este caso es relevante para Puertas Abiertas porque vimos cómo Mauricio y su familia se mantuvieron firmes en esta difícil situación. Fueron sal y luz para todos a pesar de haberse convertido al cristianismo hace sólo ocho meses», afirmó este colaborador.

La libertad religiosa en México tiene todavía un largo camino por recorrer. En un país donde la mayoría de la población se declara católica, los cristianos evangélicos son minoría y presa fácil de la intolerancia, la persecución y la injusticia.

«El sueño de Mauricio es poder recibir visitas de otros líderes de la iglesia en su casa y en su comunidad. Puertas Abiertas sigue trabajando para que los cristianos como Mauricio puedan vivir su fe y convivir con todos en sus comunidades de origen», dijo Humberto.

 

65 €
Podrían proporcionar ayuda alimentaria de emergencia a una familia de cristianos perseguidos.
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ORA

Da gracias a Dios por el acuerdo alcanzado.
Ora para que Mauricio y su familia no tengan miedo de compartir el Evangelio.
Ora por la unidad del Cuerpo de Cristo en México.

UNA ORACIÓN POR LA FAMILIA VASQUEZ

Señor, te doy gracias que Mauricio y su familia han podido llegar a un acuerdo que les permita vivir en su comunidad sin ser oprimidos por su fe. Te ruego que tú quites todo temor de ellos a compartir el Evangelio, y también por la unidad de la iglesia en México. Amén.