Hace varias semanas, Arabia Saudí ya estuvo en el punto de mira internacional en materia de Derechos Humanos. Diversas organizaciones, incluyendo Puertas Abiertas, solicitan a este reino que ponga fin a la persistente supresión de la libertad religiosa, así como a la continua discriminación de las mujeres.
El representante de Dinamarca en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en Ginebra, emitió una declaración conjunta en nombre de otros 28 países, pidiendo a Arabia Saudita que "libere a todos los presos políticos", así como a una docena de defensores de los derechos de la mujer que fueron detenidos en 2018 después de que el reino permitiera a las mujeres conducir coches, un tema por el que algunos de ellos habían estado haciendo campaña.
"Los derechos básicos de las mujeres están severamente limitados en Arabia Saudí", dijo un portavoz de Puertas Abiertas. "Las limitaciones más severas están ligadas al sistema de tutela, bajo el cual las mujeres son legalmente consideradas menores de por vida, y necesitan un tutor varón para tomar decisiones críticas en su nombre".
Si bien el Gobierno saudita ha modificado su legislación para dar a la mujer más libertad, como, por ejemplo, para viajar sin el permiso de su tutor o para obtener pasaportes, en la práctica la aplicación puede ser lenta o inexistente, especialmente en las zonas y familias más conservadoras.
Las mujeres que se convierten del islam al cristianismo, a cualquier otra fe o a ninguna, son especialmente vulnerables en un país donde abandonar el islam es un delito penal. "Las consecuencias pueden ser nefastas, incluyendo el abuso severo si su tutor masculino desaprueba su decisión. Y hay pocas esperanzas de escapar y buscar protección de una situación tan abusiva", dijo este portavoz.
Puertas Abiertas, en un documento oficial, solicita al gobierno saudí que garantice la libertad de religión o de creencias, incluida la libertad de cambiar de religión, pero también que siga desmantelando el sistema de tutela y afirme la igualdad de dignidad entre hombres y mujeres, poniendo fin a la discriminación de las mujeres y las niñas.
También debería trabajar para abolir preceptos legales como la "desobediencia de los padres" y la "ausencia del hogar", que dan a los tutores legales el derecho de buscar a las mujeres y obligarlas a regresar al hogar, incluso si eso significa volver a una relación abusiva. Todas estas iniciativas sólo tendrán un impacto real en la vida de la mujer saudita si se promueven y adoptan a nivel de base, cambiando la cultura y la actitud.