De media, más de 13 cristianos son asesinados al día por su fe en todo el mundo. Este dato equivale a una persona perdiendo la vida por seguir a Jesús cada dos horas.
En total, se cuentan alrededor de 5000 asesinatos de cristianos cada año por tener una fe cristiana.
Estos datos tan impactantes provienen de la investigación para la elaboración de la Lista Mundial de la Persecución 2024, el informe anual de Puertas Abiertas que revela los 50 países más peligrosos del mundo para seguir a Jesús. Dicha investigación se llevó a cabo entre el 1 de octubre de 2022 y el 30 de septiembre de 2023.
Las cifras son desoladoras. Solo por seguir a Jesús:
4125 cristianos fueron detenidos o encarcelados sin pasar por un juicio previo.
Se cree que 3906 creyentes fueron secuestrados.
Más de 3200 personas cristianas fueron violadas, acosadas sexualmente u obligadas a casarse con otras personas no cristianas.
42 849 seguidores de Jesús fueron agredidos física o psicológicamente.
Casi 300 000 cristianos se vieron obligados a abandonar sus hogares y esconderse o huir de su país de origen.
Por si fuera poco, estas cifras podrían ser significativamente inferiores a las reales, dado que los equipos de investigación de Puertas Abiertas solo tienen en cuenta los datos que puedan verificarse por medio de las redes de contacto locales.
Otro dato alarmante hallado en la elaboración de la LMP es el número de propiedades cristianas que fueron atacadas o clausuradas. En el último año, más de 14 000 iglesias, escuelas y hospitales cristianos y otros edificios fueron atacados, lo que supone un incremento del 700 % respecto al año anterior.
Los datos muestran que las iglesias en China (unas 10 000 fueron clausuradas) y la India (2238 fueron atacadas) corrieron el mayor riesgo de ser clausuradas o destruidas. En el último año, estos países han representado casi el 83 % de los incidentes de ataque/clausura de iglesias a nivel mundial. También hubo muchos ataques a iglesias en Angola, Burkina Faso, Etiopía, Nicaragua, Nigeria, Níger, Ruanda y Sudán.
En muchos lugares, seguir a Jesús es peligroso y una garantía de enfrentarse a la violencia. Llevar una vida de fe puede significar que, en última instancia, acabes perdiendo la vida.
Aun así, no debemos quedarnos solo con los números. Cada persona es el hijo, hija, marido, mujer, madre, padre, hermana o hermano de alguien. Hay muchísimo dolor tras cada dato.
«Nunca había llorado tanto como ese día», nos cuenta Zacarías, un pastor nigeriano cuya mujer e hijos fueron asesinados en un ataque a manos de extremistas fulani (lee aquí su historia completa). «Ese día entendí que la muerte es algo realmente doloroso».
Nigeria ocupa el sexto puesto de la Lista Mundial de la Persecución de 2024 y es de lejos el país más violento del mundo para los seguidores de Jesús. Hasta 4118 cristianos fueron asesinados por su fe en este país durante el periodo de elaboración de la LMP, lo que supone el 82 % del número total de creyentes que perdieron la vida por creer en Dios a nivel mundial.
«Cuando vi el cuerpo de mi mujer, recordé todo lo que habíamos vivido juntos», comparte el pastor nigeriano. «Salimos a predicar por la región nordeste, abrimos iglesias. Lo hacíamos todo juntos. Caminábamos de la mano y nunca tuvimos ningún problema. La verdad es que, cuando sucedió el ataque, sentí que Dios me había abandonado. Pensaba: “Si Dios tiene el control de todo, ¿por qué ha permitido que esa gente nos ataque? ¿Dónde está y por qué no ha tomado las riendas de esta situación? Tiene el poder de acabar con ellos, pero ha decidido no hacerlo”».
No hay forma suficiente de retratar con todo su impacto el coste humano de toda esta violencia. Lo normal sería asumir que el pastor Zacarías y los miles de cristianos que han perdido a algún ser querido han perdido toda la esperanza.
Pero no es así.
«La verdad es que, cuando sucedió el ataque, sentí que Dios me había abandonado. Pensaba: “Si Dios tiene el control de todo, ¿por qué ha permitido que esa gente nos ataque?”»
ZACARÍAS, pastor nigeriano cuya familia fue asesinada
Zacarías y los más de 365 millones de creyentes que viven en lugares con altos niveles de persecución y discriminación hacia los cristianos pueden enseñarnos a seguir teniendo fe, pase lo que pase.
«Doy gracias porque Dios lo sabe todo. Permitió que mi familia partiera porque había llegado el momento, Dios decidió llamarlos a casa», comparte nuestro hermano.
«Oro para que aquellos que hayan experimentado una situación parecida puedan confiar en Dios, porque Él es todo por lo que vivimos. Si alejamos nuestra vista de Dios, lo veremos como alguien que no puede ayudarnos; pero, si creemos que todo es posible para Él, entonces no seremos quebrantados».
Esta historia real de la violencia hacia los cristianos es terrible, pero también hay una fe que persevera y es consolada por la esperanza y la paz de Jesús.
Al leer la Lista Mundial de la Persecución de 2024, no te limites a mirar los números por encima. Implica tu corazón en sus historias, para que tu fe sea transformada y caigas de rodillas en alabanca y oración. A través de nuestras oraciones, podemos acompañar y animar a nuestros hermanos, como el pastor Zacarías. Su fe nos recuerda que Jesús siempre está con nosotros, pase lo que pase.
Señor, gracias por la libertad que tengo de vivir mi fe de tantas maneras. Ayúdame a acordarme de los que comparten mi fe pero no mi libertad y hazles saber que sus hermanos de la Iglesia mundial como yo estamos orando por ellos. Consuela a los seres queridos de todos los asesinados y, aunque parezca tan difícil, lleva libertad y amor a esos países como Nigeria donde es tan peligroso seguirte. Te pido por cada uno de los 365 millones de cristianos que son perseguidos y discriminados por su fe a los que tú conoces por nombre. Abrázales y hazles llegar toda la ayuda que necesiten. Amén.